Menos puede ser más

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Después de estos años de abundancia, hemos pasado a una fase en donde ya no caben los excesos. Se acabaron los días en los que no pensábamos en nuestras necesidades reales y acumulábamos pertenencias sin ningún freno.

Tal vez sea hora de ir más despacio, de pensar antes de actuar y valorar lo que realmente tenemos y deseamos. Por eso pensamos que menos puede ser más.  De qué nos sirve vivir rodeados de objetos que no nos aportan ningún estímulo. ¿No seríamos más felices con aquello que observándolo día a día le diéramos más valor y nos sintiésemos orgullosos de poseerlo?

La cantidad nos permite valorar las cosas a corto plazo, pero la singularidad, la calidad y el diseño aportan un valor añadido que nos hace apreciarlos para toda la vida.

¿Vosotros que pensáis? ¿Menos es más?